Barritas de dátiles y granola
Ingredientes:
- 16 dátiles
- 250 gr de granola
- 2 cucharadas de aceite de coco
- 2 cucharadas de mantequilla de maní
- 100 gr de chocolate de 85% o chips de chocolate
- 100 gr de coco rallado
- Pizca de sal y limón
Procedimiento:
- Procesa unos segundos la granola que tengas, para obtener una textura más homogénea, pero ten mucho cuidado en no convertirla en polvo, debe mantener algo de textura.
- Corta en trocitos más pequeños los dátiles.
- Mezcla todos los ingredientes (menos el chocolate) en un bol hasta obtener una masa tipo bola, reserva un poco de coco rallado para decorar al final.
- Pon papel de hornear en un molde rectangular o cuadrado y extiende tu masa rellenando de tal manera que te quede más o menos, un centímetro de espesor al menos, alísalo bien con tus manos. Trata que tu recipiente sea ni muy grande, ni muy pequeño para que tu masa tenga la forma y el espesor deseado. ( lo ideal es que tenga un par de centímetros de espesor).
- Congela durante al menos dos horas tu mezcla.
- Sácalo y forma tus barritas con la medida que tú deseas.
- Derrite a baño María el chocolate y una vez liquido decora tus barritas. Te recomendamos hagas líneas rectas no muy gruesas sobre tus barritas.
- Termina decorando con el coco rallado que reservaste.
- Para su conservación óptima, mantener las barritas guardadas en tu refrigerador.
Esta receta viene perfecta para reutilizar ciertos restos o conchitos que te vayan quedando de algunos productos, por eso, a la receta básica que te presentamos, te invitamos a usar tu creatividad. Imagina un montón de cosas tales como: restos de cereal, conchitos de miel o mermeladas, frutos secos que anden sueltos por ahí y tantas cositas ricas que nos van quedando guardados en la despensa y el refri. Si te animas y te sale el gran chef que llevas dentro, atrévete y agrega cosas exóticas, saladas y dulces. Recuerda que siempre nos puedes llamar y pedir ayuda. Cualquiera de nuestros brujos o nuestro brujo mayor te dará muy buenas ideas.
Tronquitos vestidos de trazos terrestres,
en los que la escarcha matinal
aposentó su sueño.
En su corazón naviero,
duermen dulces marinos,
secretos deseos enérgicos.
Este navío dulce, atrapa tu alma de niño,
llevándola al corazón del bosque,
ese que guarda el ángelo despertar.
Una dulzura encantada.
La eterna sonrisa de la marea dulce, que anida en tu alma.