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Somos los viejos bosques y los ancestrales volcanes, cosidos por una hiedra oxidada infinita. Hormigas que entre las piedras recitan su paso tic tac tic tac. Somos viejas almas de cobre, barcos de lana, lámparas fosforescentes: colgando de los muros lineales y flotando en la espuma blanca.
Nos hemos unido bajo este techo colgante color otoño, para rememorar las campanas de cuero bajo la tierra, para darte las pócimas mezcladas con humo y de esa forma renacer en tu alma como una flor oscura al final del mundo.
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Este final del mundo que para nosotros lo es todo.